sábado, 5 de junio de 2010

INFORMALES EN LA AVENIDA 2

La avenida 2 en nuestra ciudad de Manta, desde hace muchos años, ha sido un lugar de mucho comercio, dado a que es un sector bancario y muy movido. De esto se aprovecho la gente para formar ciertos puestos de trabajo, lugares donde ya son tradicionales, por ejemplo el señor que vende los helados de coco, en los bajos del palacio de justicia hay un señor que vende los periódicos y por cierto hace muchos años, los plastificadores, los que sacan las copias, los cerrajeros y no podían quedarse a un lado los eternos vendedores de lotería.

Así también hay muchos más que se dedican a otros tipos de labores, solo mencione los que han permanecido ahí, durante tantos años.

Dialogando con algunas de estas personas, me comentaban que estaban preocupados porque los iban a reubicar en otro sector de la Ciudad, por lo que a ellos no les conviene, ya que tienen sus clientes y al desalojarlos de sus lugares, creen no tener las mismas ventas, el lugar donde están es perfecto para cada uno de ellos.

La Municipalidad de Manta los hizo carnetizar a todos, hizo un censo para saber en realidad cuantas personas laboran en el centro de nuestra ciudad.

Lo bueno de esto es que hay familias que han logrado subsistir durante muchos años, lo malo es que afectan el ornamento de la ciudad, y hay muchos que son desordenados y sucios a la hora de terminar la labor diaria, esperemos que esto cambie por el bien de los informales y de la ciudad.

viernes, 28 de mayo de 2010

EL TRABAJO INFORMAL

Durante muchos años, el hombre, ha intentado ganarse la vida de la mejor manera, la falta de un trabajo fijo ha hecho de que las personas intenten y mejor dicho, logren realizar alguna actividad que les genere ingresos para poder sostener a sus familias.

En nuestra linda ciudad de Manta, encontramos en cada esquina a un trabajador informal, si le preguntamos a uno de esos ciudadanos, ¿por qué no tienen un trabajo fijo? nos responden que no hay, que las oportunidades de conseguir un empleo son escasas, pero bueno, hay otros que simplemente no quieren ser mandados de nadie y obtan por seguir luchando en ese diario vivir de lo informal.

Muchos se la juegan en los negocios, unos triunfan y otros no, pero eso no es obstáculo, para quienes tienen esas ganas de trabajar, si un negocio les va mal inventan otro, y así continúan diariamente hasta que la pegan.

Para quienes trabajan en la calle, no es nada fácil el oficio que desempeña, el ruido, el sol, las groserías de la gente, hace de que el trabajo se vuelva tedioso, cansado y a veces estresante, pero queda la satisfacción de que no le falta un pan en las comidas a sus hijos y eso es lo que les impulsa a diario para seguir trabajando, así sea duro lo que tengan que vivir a diario.

miércoles, 12 de mayo de 2010

EL TRABAJO INFORMAL

Existen varias definiciones de informalidad econ
ómica, según el grado de amplitud que se le da al
término, hasta incluir a diversas formas del trabajo
atípico o flexible en situaciones precarias. Tradicionalmente,
la OIT Regional y ACTRAV se han
centrado en el enfoque de la sobrevivencia, que
identifica las actividades económicas realizadas
para el mercado con características de baja productividad,
en el sentido de que tienen escasa o
nula capacidad de acumulación y derivan en bajos
ingresos. Así definida, la situación de informalidad
se vincula con el escaso uso de tecnología avanzada,
la simpleza de la organización productiva, y la
utilización de mano de obra no calificada.
La informalidad económica se presenta siempre
en muy pequeñas unidades, las que suelen
clasificarse en familiares o microempresariales. Así,
mientras que las unidades familiares están integradas
por trabajadores por cuenta propia y ayudas
familiares sin pago o con pago inestable, las microempresas
se componen de empleadores y trabajadores
asalariados.
A la inversa, la formalidad está integrada por
las empresas privadas (pequeñas, medianas y grandes),
así como por el empleo público y las unidades
del sector de economía social (cooperativas y
otras formas asociativas) que no tienen las escasas
características productivas de las microunidades
consideradas informales.
Una parte minoritaria de las unidades familiares
y de las microempresas se identifican con la “formalidad
”, en el sentido de que alcanzan un mayor
nivel de productividad y de ingresos, por el uso de
mayor tecnología o por factores de localización
geográfica que las benefician. Tampoco son estrictamente
informales las unidades subcontratadas
por empresas formales.

Una consecuencia de la informalidad es el no
registro en los distintos sistemas regulatorios estatales,
desde lo impositivo hasta lo laboral. Se
supone que ello es resultado de la baja productividad
de la actividad, que podría entonces hacerse
económicamente inviable si tuviera que cumplir
con las condiciones que el Estado fija para las
actividades formales. En esta definición, las actividades
informales surgen por la incapacidad de
generación de empleo productivo a ritmo suficiente,
y no como resultado de un esquema regulatorio
inadecuado. Las barreras de acceso a la legalidad
son un fenómeno relevante; pero también son factores
determinantes las características estructurales
relacionadas con la disponibilidad de fuerza de
trabajo, la organización de la producción y del
trabajo, y la composición de los mercados, aunque
en definitiva tiendan a asociarse, además, con
un cierto grado de operación al margen de la
regulación. En este marco, la corrección de las
imperfecciones de los sistemas regulatorios favorece
la integración de las actividades informales a
la modernización.
TRABAJO Y EMPLEO
Los conceptos de “Empleo” y “Trabajo” frecuentemente
son utilizados como sinónimos, pero
técnicamente tienen distinto significado:
- “Empleo” se utiliza para referirse a las relaciones
laborales asalariadas (denominadas alternativamente
dependientes, subordinadas, o por cuenta
ajena), ante el hecho de la existencia de un
empleador y de una remuneración.
- “Trabajo” se dirige a una caracterización más
amplia, que incluye toda otra forma de actividad
humana, como las que realizan los trabajadores
independientes (también denominados autónomos
o por cuenta propia), algunas de cuyas
formas concretas son, además de la actividad
del empleador: el trabajo de los socios de cooperativas
y otras formas asociativas, la ayuda
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familiar no remunerada, el voluntariado, el trabajo