Existen varias definiciones de informalidad econ
ómica, según el grado de amplitud que se le da al
término, hasta incluir a diversas formas del trabajo
atípico o flexible en situaciones precarias. Tradicionalmente,
la OIT Regional y ACTRAV se han
centrado en el enfoque de la sobrevivencia, que
identifica las actividades económicas realizadas
para el mercado con características de baja productividad,
en el sentido de que tienen escasa o
nula capacidad de acumulación y derivan en bajos
ingresos. Así definida, la situación de informalidad
se vincula con el escaso uso de tecnología avanzada,
la simpleza de la organización productiva, y la
utilización de mano de obra no calificada.
La informalidad económica se presenta siempre
en muy pequeñas unidades, las que suelen
clasificarse en familiares o microempresariales. Así,
mientras que las unidades familiares están integradas
por trabajadores por cuenta propia y ayudas
familiares sin pago o con pago inestable, las microempresas
se componen de empleadores y trabajadores
asalariados.
A la inversa, la formalidad está integrada por
las empresas privadas (pequeñas, medianas y grandes),
así como por el empleo público y las unidades
del sector de economía social (cooperativas y
otras formas asociativas) que no tienen las escasas
características productivas de las microunidades
consideradas informales.
Una parte minoritaria de las unidades familiares
y de las microempresas se identifican con la formalidad
, en el sentido de que alcanzan un mayor
nivel de productividad y de ingresos, por el uso de
mayor tecnología o por factores de localización
geográfica que las benefician. Tampoco son estrictamente
informales las unidades subcontratadas
por empresas formales.
Una consecuencia de la informalidad es el no
registro en los distintos sistemas regulatorios estatales,
desde lo impositivo hasta lo laboral. Se
supone que ello es resultado de la baja productividad
de la actividad, que podría entonces hacerse
económicamente inviable si tuviera que cumplir
con las condiciones que el Estado fija para las
actividades formales. En esta definición, las actividades
informales surgen por la incapacidad de
generación de empleo productivo a ritmo suficiente,
y no como resultado de un esquema regulatorio
inadecuado. Las barreras de acceso a la legalidad
son un fenómeno relevante; pero también son factores
determinantes las características estructurales
relacionadas con la disponibilidad de fuerza de
trabajo, la organización de la producción y del
trabajo, y la composición de los mercados, aunque
en definitiva tiendan a asociarse, además, con
un cierto grado de operación al margen de la
regulación. En este marco, la corrección de las
imperfecciones de los sistemas regulatorios favorece
la integración de las actividades informales a
la modernización.
TRABAJO Y EMPLEO
Los conceptos de Empleo y Trabajo frecuentemente
son utilizados como sinónimos, pero
técnicamente tienen distinto significado:
- Empleo se utiliza para referirse a las relaciones
laborales asalariadas (denominadas alternativamente
dependientes, subordinadas, o por cuenta
ajena), ante el hecho de la existencia de un
empleador y de una remuneración.
- Trabajo se dirige a una caracterización más
amplia, que incluye toda otra forma de actividad
humana, como las que realizan los trabajadores
independientes (también denominados autónomos
o por cuenta propia), algunas de cuyas
formas concretas son, además de la actividad
del empleador: el trabajo de los socios de cooperativas
y otras formas asociativas, la ayuda
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familiar no remunerada, el voluntariado, el trabajo